viernes, 31 de enero de 2014

¿DÓNDE ESTA MI RELOJ DESPERTADOR VIOLETA?


 
Desde su cama estrecha de cabecero y patas de forja, sujetaba la manta cubriéndose la cara hasta los ojos, mirando, asustada, el vibrar del enorme reloj despertador negro de cuernos redondos.
Que como cada día, con un estrepitoso ring le instaba a cumplir su eterna condena. Arrastrar los pies por un camino recto, gris y sin horizonte. Pero aquella tarde ¡oh! Mariposa. A la mañana siguiente,
aún dormida en su enorme cama de patas de madera y cabecero acolchado, un olor a lilas emanaba de su pequeño reloj despertador violeta que le invitaba a caminar por una senda maravillosa sin obstáculos.
Pero aquella tarde ¡ups! Piedra. Y Cayó al suelo. Por la mañana, desde su gigante y acolchada isla vacía se despertó preguntándose donde estaba su reloj despertador violeta. Pero aquella tarde ¡ups! Piedra.
Y aprendió a levantarse. La tercera mañana se despertó ansiosa por recorrer su camino contenta por encontrar Mariposa o, a lo mejor, Piedra. 
 
Fin.

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